lunes, 30 de mayo de 2011

Nosotros VI: 1ra parte

Acá esta, la primera parte del sexto capitulo, ojala les guste. Me quede hasta más de las 3am ayer escribiendo, inmersa en mi locura. Bueh,
Sí quieren leer todo completo favor de hacer click Acá o Acá
Pd. Preparence que es largo este capitulo, & en algunas partes es medio pesado.


VI

Nosotros.



Hace unos años, cuando supe que mis hermanas se habían quedado solas, me dio miedo ir a verlas. Temía que mi vida se acabara teniendo que cargar con ellas, cuidarlas, & demás. Ya hacían años desde que yo había tomado el curso de mi vida incluso planeaba casarme con una compañera de facultad. Entonces, no fui a verlas. A los meses, de no poder dormir, pensando en cómo estarían, un día decidí viajar a verlas. Si bien el viaje desde Mar del plata hasta Banfield no era muy largo, creo que se alargo porque me tome el trabajo de buscar excusas para tardar mucho más de lo que debía de haber tardado. Al llegar a la puerta, me plante en seco. ¿ & si ellas no me querían ver?. Pase toda la tarde dando vueltas por ahí. No, yo no había crecido acá. Tampoco ellas, en realidad Brenda sí, creo que tenía ocho años el día que la trajeron nuestros papás acá, junto con Elén, & yo.. hice la mia. De chicos, vivimos todos juntos en Adrogué, eramos cinco hermanos, con los otros dos me llevaba uno & dos años, pero ellos también se borraron cuando papá se fue por trabajo a Europa & mamá lo siguió. A mis hermanos les perdí el rastro enseguida, pero a Elén & Brenda no. Sabía que vivían en la casa de una tía lejana nuestra, que a pesar de no ser familiar directa, & tampoco tener una buena relación con mi mamá acepto cuidar de mis hermanas, mientras ellos, estuvieran fuera, de todas formas, nunca volvieron. Tampoco se preocuparon por sus hijas.
Elén tuvo la suerte de haber nacido mientras sus hermanos  la ansiaban,  la esperamos los tres durante meses, &   nosotros nos hicimos cargo de ella, para que no notara la ausencia de quienes en realidad tendrían que  haberse hecho cargo, pero, Brenda no corrió la misma suerte. Para  cuando nació ni Pablo ni Martín querían saber nada de una hermana más, se quejaron durante todo el embarazo de que como íbamos a ser cinco hermanos, que iba a ser un lió, que nadie se iba a ocupar de ella. Sin embargo,  Elén, espero todos esos meses cada día  un poco más ansiosa, estaba orgullosa de ser hermana mayor.  La esperaba, como  cuando ansiaba un regalo en navidad. Como se esperan los cumpleaños cuando somos chicos.

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