domingo, 31 de octubre de 2010

Experimenta el dolor

18 de Octuber de 2010.
Me lebante, como un día que había esperado con ansias durante meses. Como si algo genial fuera a pasar. Era media mañana & estaba ansiosa por algo que no sabía que era. Los nervios  corrian por mis venas.
Estaba podria decirse que casi feliz, pero yo no sabía que era lo que iba a ocurrir.
El tiempo, tiene la particularidad de  transcurrir de formas extrañas, más cuando las situaciones & sensaciones son extrañas.
Llegue al hospital a las 11.40 am. Tras esperar que me llamaran, me pidieron mis datos, una firma mia & de mi mama & me hicieron poner una pulcera, que por eleccion, fue la derecha. La mire curiosa, nada relevante. Nombre, apellido, obra social, numero de paciente. Me sentí por primera vez, presa, presa de algo que no iba a poder librarme en mucho tiempo.
Pase a la sala de espera. Había varias personas, todos esperando el resultado de alguna intervención quirurjica. Es decir, solo familiares, ninguno  que este condenado igual que yo. Los nervios iban acumulandose en mi estomago.  Miraba la hora cada dos por tres, pero no pasaba el tiempo. Me sente a escribir.
Dieron las 13.05 & mi nombre resono en la habitación, en la puerta estaba esperandome un enfermero. Ni lo pense, mis pies se movieron por su propia cuenta, & mi mama me siguió. Subimos hasta el 6to piso. Quierofano.
Mi celular, no había dejado de sonar en toda la mañana, pero cuando realmente quise que sonara, que llegara algo que me jurara que no iba a pasar nada malo, dejo de sonar. Le informe a mis amigas que estaba por entrar.
Me hicieron cambiar, & después no recuero bien que paso, la anestesista me estaba preguntando algunas cosas sobre lo que sabia o no, de lo que me iban a hacer. Ahí comenzo la tortura.
Una habitación tetrica, que anunciaba el horror. Una de las muchas personas que estaban ahí me pidio la mano izquierda, pero no me dejaron ver que iba a hacerme. Tras unos minutos senti una puntada al lado de un lunar, una lagrima de dolor amago a asomarse, pero respire hondo. Me di cuenta que estaba aterrada. Pasaron lo que creo fueron dos minutos,  & todo dejo de tener sentido. Perdí la conciencia por dos horas.
Me sentí a partir de ese momento, más sola que nunca en toda mi vida, más vacia, imposible.
Me desperte aturdida. Lloraba a más no poder, un dolor punzante en la mano izquierda que me pedía por favor que lo hiciera desaparecer, la garganta me insitaba a retorcerme de dolor, los oidos, no me dejaban vivir. Tenía un hambre voraz, una sed que me llevaba a enloqueser.
Las enfermeras no sabía que me pasaba, pero yo tampoco sabia como explicarlo. Me sentía terriblemente mal, & no conocia la razón.
Paso un rato, pero no lograron calmarme, me prometian que iba a estar todo bien. Yo solo queria irme, queria ver a mis amigos & hermanos, arrojarme en sus brazos & me prometieran, que esos horribles dolores que padecia desaparecerian en un suspiro. Que todo iba a estar bien.
Eventualmente, no sucedio. Me transaldaron a lo que fue mi habitación por esa tarde. El cuarto del sufrimiento. Tan triste lo encontraba yo. Me hicieron dormir, el suero llebaba algo a mis venas que hacia que duerma, a pesar de no querer.  A las dos horas me hicieron ingerir agua, aulle de dolor, las lagrimas vovlieron a correr por mi rostro, un dolor horriblemente indescriptible, que daban ganas de arrancarse la vida para no seguir sintiendose así de mal.
Queria, con toda seguridad escapar.
Me obligaron a tomar agua, & a comer helado. La peor tortura, a la que me toco en mi vida enfrentarme. No podia mover la mano, porque la aguja que tenia clavada, me hacia doler & con más odio del que nunca habia sentido miraba en mi otra muñeca, la pulcera que indicaba que estaba presa, en el lugar más horrible del mundo.
La tarde se hizo larga, me obligaron a tragar un par de cosas más, & odie con todo mi ser a la enfermera, me dieron iyecciones, que dolieron todabía más. Esa tortura, no iba a terminar.
A las 20 horas, estaba dejando el hospital para internarme en mi casa, & ser presa del dolor una semana más.
Esa noche, fue tristemente eterna. Espere  con más ansias que nunca que saliera el sol. Que llegara la hoa de los calmantes, que se disipara todo aquello. Queria poder reirme, queria ser yo otra vez. Queria que sonreir doliera un poco menos. Queria que al abrir los ojos, dejara de dolor todo tanto.
Fueron las dos semanas más horribles de mi vida estas dos.
El dolor fue lo unico que experimente. Los calmantes me obligaron a dormir, el dolor a no comer & morir de sed.
Mi conciencia a enloqueser.

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