lunes, 15 de noviembre de 2010

Llueve, otra vez. Preguntas a más o no poder

Me fuí antes que mis amigas tubieran oportunidad de recordar que no había almorzado con ellas, sino, con un chico el cual no conocian su existencia.
No queria tener que enfrentarme a esa avalancha de preguntas incontestables, incomodas.
Salí casi corriendo & creo que no pare hasta haber llegado a mi casa diez cuadras más tarde.
El celular no dejo de sonar en toda la tarde.  Lo que hacia más dificil mi concentración a la hora de tener que estudiar, como siempre matemática.
Tal vez es porque no soy una persona valiente en cosas simples, o lo que fuere, pero hasta recien la hora en la que me fuí a dormir no me anime a mirar el celular & leer los mensajes. Cobarde. Cobarde para nada. Cobarde con pavadas. 
Nisiquiera fuí capaz en todo el día de abrir mi computadora porque tenia miedo de ver que decian.
Es idiota. No podía creer que me importara tanto.
De todas formas no fue tan terrible como yo esperaba. Me arme de valor, respire hondo unas cuantas veces, al menos diez & desbloquie el celular.
Siete mensajes nuevos & dos llamadas perdidas. Las llamadas eran de núnmero privado, así que nunca me enteraria de quien eran. No importo.
De los siete mensajes , uno era de la compania de telefono. Cinco de mi grupo de amigas, & el último de un numero que no tenia agendado, pero más que obvio de quien era.
Durante media hora me devati si abrirlo o no.
Me fuí a dormir sin leerlo. Dormi profundo esa noche, tanto que me desperte tarde. Corri para llegar al colegio. Pero, llegue tarde.
Cuando entre a mi curso, ya estaban todos sentados, mis amigas me comian con los ojos. Las mire con cara de sorpresa & en cuanto la profesora se descuido, estubieron todas en menos de una milesima de segundo ensima mio haciendo diez millones de preguntas, que no se bien como hicieron para formularlas, bah, para decirlas todas tan rapido. Me miraban llenas de curiosidad, querian saber..todo. & la verdad era que no había nada.
Les conte la historia.
Demasiado simple como para satisfacer sus ganas de saber, pero aún así lo suficientemente realista como para que me crean. Así que ni bien termine por decima sexta vez de repetirles que "nada más que eso" me creyeron & se fueron cada una a su lugar a sentar, un tanto decepcionadas.
Aún cuando ya les conte todo, fue tema de debate durante todo el santo día, & las preguntas iban & venian me preguntaban a mi cosas que no podia saber, discutian teorias, que iban de posibles, o razonables, a descabelladas, irreales, e imposibles.
Sin embargo fue productivo, o al menos divertido. Nos cuestionamos una & otra vez el proque después del primer simple encuentro, pasamos a tanta confianza al segundo, & ni hablar a la aparicion sorpresa el dia anterior. Ninguna conocia lo suficiente a Ian, nisiquiera yo. Las teorias era desde "el tipico mujeriego aprobecha oportunidades del que te re enamoras & blabla" de una de mis amigas que casualmente encontraba a todos de esa forma hasta simplemente podria ser que era simplemente simpatico & nada más. Nos preguntamos también como era que había sabido a la hora que sali. Pero eso lo supimos enseguida. Había un infiltrado, o infiltrada, alguien que conocia los horarios de la gente de mi curso.
Les comente mi inquietud de como habia sabido a que esucela iba, pero a decir verdad, era tonta la respuesta, el dijo saber a cual iba la seguna vez que nos vimos, pero en ese momento, no me pareio algo raro. Era obvio, sabia a que escuela iba, proque el uniforme me habia delatado.
Pero, no importaba. Solo sabia que no sabia quien era Ian. Ni a donde queria llegar. Desconocia el porque de haberse presentado ayer en la puerta del colegio, & como era que sabia mis horarios.
Formulamos miles de preguntas.
No encontramos respuestas.
Comenzo a llover otra vez. El cielo, estaba completamente negro al medio día. Llovia, & el agua de las gotas estaba en todas partes, empapada volví a casa, chorreando agua, chorreando dudas. Llovian preguntas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

rarezas